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miércoles, 24 de junio de 2009

Empresarios de Pacotilla


Ellos son Marcia Matilde Gómez del Campo Tonella, Gildardo Francisco Urquídez Serrano, Antonio Salido Suárez, Alfonso Escalante Hoeffer y Sandra Lucía Téllez Nieves, los dueños de la guardería ABC, libres pese a su responsabilidad en la muerte de 48 niños.

Son la imagen viva de la corrupción, el tráfico de influencias y la impunidad en nuestros días y en nuestras narices. Empresarios con una “ambición desmedida”, como los calificaron los padres de los menores fallecidos.

La primera es tía de Margarita Zavala, esposa de Calderón: Marcia Matilde Gómez del Campo Tonella. Urquídez Serrano era secretario de Finanzas del PRI en Sonora y primo del actual candidato a gobernador. Escalante Hoeffer y Saliod Suárez eran subsecretario y secretario del Gobierno del Sonora, renunciaron a sus cargos el 9 de junio y desde entonces nadie los ha molestado. Todos viven amparados por sus lazos familiares y políticos, escondidos en el “pleito” del gobernador de Sonora y el titular de Segob.

De sus responsabilidades penales las autoridades estatales, federales y judiciales han hecho un galimatías. La Procuraduría de Sonora solicitó la aprehensión de uno de ellos pero el juez la negó por considerar que correspondía al fuero federal. El secretario de Gobernación informó escuetamente, como si se tratara de un asunto menor, que “esa orden” estaba en “análisis” de la justicia federal, eso el 22 de junio.

Cinco días después del incendio buscaron ampararse, el juez les dio la suspensión en primera instancia y fijó el 1 de julio para la audiencia constitucional, donde resolverá en definitiva si los ampara o no. Mientras se desconoce su paradero. A estas alturas podrían estar fuera del país, la prensa reveló que tramitaban sus visas para irse a radicar a Phoenix. EU.

Hay que ver la clase de “empresarios” que el gobierno federal viene generando con su política de contratos subrogados o prestación de servicios públicos a cargo de terceros, meros intermediarios que no producen, no generan empleos ni pagan grandes nóminas, pero sí se enriquecen a costa del erario público. Cobran millones por un servicio que ni siquiera desempeñan, porque para hacer el trabajo contratan a otros, a quienes pagan lo mínimo posible a fin de aumentar sus ganancias (Aún a costa de niños).

Según cálculos de la prensa, los dueños de la guardería ABC obtenían 800 mil pesos al mes ( más de 9 millones de pesos al año) libres de paja y polvo, tenían 4 guarderías y cada una les generaba 200 mil pesos mensuales, mientras que para hacerse cargo de 150 niños, en la guardería siniestrada, tenían contratadas a 10“misses” con un sueldo de 5 mil pesos mensuales.

Es criminal hacerse cargo de una guardería sin responsabilizarse de lo que significa cuidar a los menores: instalaciones correctas, medidas de seguridad, personal calificado como pediatras, nutriólogos, pedagogos, seguros de vida.

Quizá por eso tengan tan escondida la lista de las guarderías subrogadas del IMSS, deben estar arreglando su propio “cochinero” e identificando a tías, hermanas, cuñados, hermanos, sobrinos y compadres de los altos funcionarios de todos los gobiernos.

Por eso es tan importante esa lista, porque es vital ver en manos de quién está la seguridad y el bienestar de los niños, no pueden quedar bajo el resguardo de quien los ve como mercancía, de quien no sabe lo que significa ética o consciencia social, de gente sin escrúpulos como resultaron ser estos de la ABC.

A dónde vamos a dar con estos seudoempresarios que aparentan ser “gente bien”, que apantallan a otros porque viajan en camioneta y van a misa los domingos. No puede ser referencia ni modelo aspiracional de nadie, porque no generan trabajos ni son fuente de riqueza, lo que producen son tragedias, sino, acuérdense de Mouriño.

FOTO: EL IMPARCIAL DE SONORA

lunes, 12 de noviembre de 2007

Tabasco; la luna no tiene la culpa

Pues resulta que mi visita a Tabasco se frustró. El día en que salía con dos amigas periodistas, dispuestas a manejar las 10 horas o 12 hrs de camino hasta Villahermosa, nos vimos atrapadas a las tres de la mañana en medio de cientos de tráilers, camiones y autos estacionados. Después de tres horas de espera en una larga cola de autos, un vendedor de café nos dijo: “Lo que pasa es que están colocando una ballena y cierran la salida a Puebla hasta las 6 de la mañana”. Quedamos varadas en la avenida Zaragoza, con nuestras ganas reporteriles y nuestra ayuda humanitaria. Y un enorme coraje porque nadie nos avisó, porque deliberadamente te dejan botado.
La intención de ir a Tabasco era sentir, ver cómo están padeciendo miles de personas, familias que de un día para otro perdieron su casa, sus pertenencias, su patrimonio. Ver cómo años de trabajo, esfuerzo y creación se hicieron agua. Y todo por “la luna” y el “cambio climático” ¿?.

No pude ir, ni modo. Pero mi reflexión ahí va:

Las inundaciones de Tabasco fueron una catástrofe natural. Muchos al ver las imágenes no conmovemos, nos da miedo la naturaleza, sabemos que en algún momento podemos ser nosotros los que estemos en una situación similar y por eso nos solidarizamos. Ante el peligro respondemos en bloque, como una estructura, nos apoyamos. Lástima que no lo hagamos siempre, que no tengamos la cultura de pensar en el otro, colectivamente, concientes de que así obtendremos mejores resultados.

Es sólo en estas ocasiones de desgracia que nuestro sentido de solidaridad aparece, motivado quizá por el miedo. Pero cuando sale a flote se ve todo el poder que tiene la sociedad civil, que casi desplaza a la autoridad.

La cuestión es que en este caso, de Tabasco, como siempre, los de abajo, la población más pobre quedará desprotegida, sin mayor ayuda que la básica, la elemental y sin que nadie se haga responsable de su “desgracia”, porque tuvieron la “mala suerte”.

Me imagino como me sentiría yo si estuviera en esa situación, la impotencia, la rabia, la desesperación de verme sin nada, y sin que nadie se haga responsable de las decisiones tomadas, aunque sean precisamente la de omisión, las de no haber hecho nada para responder a esa eventualidad climática, que por ello mismo se convierte en tragedia.

Inmediatamente después de salvar la vida, la reacción lógica y necesaria de los afectados es que les digan qué fue lo que pasó y quién se hará responsable de sus pérdidas, de los daños que les ocasionaron. Esa autoridad y ese gobierno están obligados a rendir cuentas. Precisamente para eso se les elige, se les paga (bastante bien), para velar por los intereses y el bienestar de sus gobernados.

Pero no, ya lo veo venir. Un nuevo error de diciembre, un nuevo Fobaproa, un nuevo fraude electoral, un nuevo accidente en Pemex, un nuevo linchamiento enTláhuac, en donde nadie es responsable de nada, sino que fueron “una seria de factores que se conjuntaron…”.

Ya veo como todos los gobernantes y autoridades se empiezan a lavar las manos y a evadir responsabilidades. Y es que México es un país de impunidad, en el que los funcionarios disfrutan del cargo, de las prestaciones, los seguros, los bonos, las pensiones, y cuando hay errores que se traducen en daños a la población, nadie es responsable de nada. Son expertos en evadir responsabilidades, en crear comisiones, en lanzarse acusaciones y luego olvidar el tema. Los políticos permiten la impunidad porque se ven en situaciones similares y nadie quiere entregar cuentas. Es un “hoy por ti, mañana por mi”, de impunidad. Ejemplos hay hasta pa aventar pa arriba.

Pero además al que exige y cuestiona por estos errores se le tacha y se le sataniza, porque seguramente es agitador y quiere obtener ganancia política. Eso es mera hipocresía.



El nuevo gobernador, Andrés Granier, quien perdió también parte de sus propiedades y a quien se le ha visto muy activo, y realmente compungido, no tiene mayor responsabilidad en la catástrofe, precisamente porque es nuevo. Pero sí es suya la responsabilidad de decir que pasó en su estado e identificar a los responsables, así sean sus antecesores.

Pero no, apenas se anima a decir que fueron las lluvias, pero si hubiera habido obras de infraestructura esto no hubiera sucedido. Y no va más allá. No encabeza una verdadera defensa de sus gobernados. No denuncia, no exige, no reclama. Ello significaría ir en contra de su partido, de sus antecesores priístas y convertirse en el gobernador incomodo para el gobierno federal. Supedita el daño de su pueblo, a sus intereses políticos.

Que lástima, porque podría encabezar una verdadera lucha por la justicia y la dignidad de los tabasqueños, con lo que ello implica, pero podría salir bien librado y fortalecido, convertido en un líder moral del priísmo y como político. En fin, ya lo veo venir…

Los que no tienen abuela son sus antecesores. Roberto Madrazo y Manuel Andrade. Si en el 99 ya habían sucedido inundaciones, se alertó, se hizo un plan de obras hidráulicas. Porqué no se llevaron a cabo. De quién fue la negligencia. La cuestión es que aquí se ve que no se piensa en la gente, la población les vale un sorbete.

Madrazo se fue a competir en la interna del PRI por la candidatura a la Presidencia de la República y después regreso a “gobernar”. Manuel Andrade no hizo absolutamente nada en 6 años. Ninguno de los dos se ha parado en la “escena del crimen”. Ambos han sacado comunicados, Madrazo dice que está ayudando a la gente desde el DF. Manuel Andrade dicen que salió del estado y ha dicho que no lo pueden acusar de malversación de fondos porque esos fondos para obras nunca llegaron al estado. Osea Fox no envió el dinero. Y este último, con esa incontinencia verbal que le caracteriza, no ha abierto la bocota que tiene para decir nada.

¿Y la Comisión Nacional del Agua? Yo me he preguntado muchas veces porque el responsable de este organismo no alertó. No está para eso, no es su responsabilidad el monitoreo del agua, incluida la de los ríos, las precipitaciones pluviales, el comportamiento de las condiciones atmosféricas. No sé legalmente hasta donde llegue “la esfera de sus responsabilidades”, como dicen, pero para qué carajos nos sirvió este organismo federal, nacional, responsable de qué. ¿Necesitamos este tipo de instituciones? Cuando vemos que no supo, no quiso o no pudo hacer nada para prevenir.

Y no está haciendo nada posteriormente, porque debería estar encabezando las denuncias correspondientes contra quienes fueron los negligentes, señalar a los responsables, en la esfera técnica de sus responsabilidades. “Una seria de factores que se conjuntaron…”, es su argumento. Osea la culpa es de la luna.

Con Calderón ocurre lo que con Granier. No se le pueden imputar las causas de la catástrofe porque él es nuevo (aunque espurio). Pero su obligación sí está en encontrar a los responsables, a quienes no velaron por la seguridad de sus gobernados, en fincarles todas esas responsabilidades que adquiere un servidor público cuando asumen el cargo público, por omisión, negligencia, abuso de confianza, mal uso del servicio público, abandono de funciones, etc. Y eso es ir directito contra Fox, quien no cumplió con las obras hidraúlicas que se le demandaron. Este ranchero gasto miles de millones de pesos en publicarse, y no en aminorar los riesgos para la gente.

Hasta ahora Calderón se ha limitado en ir al lugar del desastre, hacer como que rellena costales de arena y como que reparte despensas, como que verifica la atención a los damnificados, hacer como que está al pendiente. Pero no ha hablado de responsabilidades, por el contrario, fue el primero en decir que fueron “una serie de factores externos que se conjuntaron…”. A él le tocaría representar a los miles de afectados y resarcirles, en la medida de los posible, el daño material, legal y moral.

A la sociedad nos queda solidarizarnos con ellos, no sólo en lo básico y elemental, sino apoyarlos en su reclamo de justicia. No puede ser que su casa, su tierra, sus animales, su carro, sus muebles, sus herramientas de trabajo, sus papeles, sus escrituras, su negocio, su puesto, sus recuerdos y demás patrimonios desaparezcan y a ellos nadie les dé la cara.

El río Grijalva volvió ya a su cauce, aquí el 12 de nov. de 2007

El daño es enorme, grande. Pasarán años para que las familias se repongan y lleguen al mismo nivel de bienestar que tenían. Que no se sepan solos y desprotegidos. Que se les diga porqué pasó lo que pasó y quiénes son los responsables. Además de la luna.
Las venganzas no son buenas, pero tampoco la impunidad. Brindémosles por lo menos justicia.
Algo que nosotros no podemos hacer, sino el Estado. Pero entonces acompañémoslos en su reclamo de justicia y no todo lo contrario. No censuremos al que exige justicia, no demos por bueno el argumento fácil de que “fueron una serie de factores que se conjuntaron…”, ni que "los mexicanos somos todos". A cada quien su responsabilidad.

No fue la luna, la tragedia en Tabasco debe tener nombre y apellido.

PD: Todas las fotos son de NTX

viernes, 5 de octubre de 2007

¿De que se ríe Marta?

¿De qué se carcajea esta mujer?


Y el que está atrás de ella ¿En qué piensa cuando ve a la cámara?



Foto de AP.

Todo parecería indicar que es su muñeca ventrílocua. Pero no. Todos sabemos que es al revés.

Esta foto fue tomada a este par de orates el 5 de octubre en el Centro de Convenciones de Visalia, en la confrencia Biztalk 2007, donde Fox dio una conferencia magistral titulada: Una Sociedad Intranquila: México y California en el Panorama Geopolítico?????? Y por la que se cobró 199 dólares la entrada.

En la conferencia también intervino ella para hablar sobre la niñez y los hijos de los migrantes.

Es la tercera vez que va a esa ciudad, en el Valle Central de Califas, donde al parecer tienen a varios inocentes comiendo de sus “manotas largas”.

Según la AP ambos ríen cuando hablan de cocinar y limpiar “su casa” en México.

martes, 4 de septiembre de 2007

Los verdaderos esquizofrénicos...

Antes de tirar mi rollo aclaro: utilizó este término porque fue el que usaron para referirse a Andrés Manuel López Obrador y a los que denunciamos el fraude electoral. Así nos dijeron a los habitantes del DF porque no votamos por el PAN. Así le dijeron a quienes participaron en los plantones de Reforma.

Hace poco oí a Federico Reyes Heroles decir que la gente ya está muy contenta en su casa y haciendo su vida diaria, que ya nadie se acuerda de López Obrador. Que los mexicanos viven a gusto con sus trabajos, que gracias a la estabilidad económica gozan de un trabajo y un salario que les da para bien vivir.
Y yo pregunto ¿Quiénes son los esquizofrénicos? Quiénes niegan la realidad, perdieron la capacidad de autocrítica, ignoran a los demás (millones) y tienen nula capacidad de empatía con los otros.

¿López Obrador? Por mantenerse firme en su postura política y no validar unas elecciones maquilladas de democracia. O aquellos que dicen que no pasó lo suficiente como para configurarse un fraude. Que nada estuvo fuera de la ley.

El sábado Leonel Cota recordó que en las elecciones de julio de 2006, desde la Presidencia de la República se hicieron 7 millones de llamadas para pedirles a los electores que no votaran por López Obrador, y que la señora Fromow, fiscal electoral, dijo que no había delito que perseguir porque en las llamadas no se pedía que votaran por algún candidato determinado, sólo se pedía que no lo hicieran por López Obrador. Manuel Espino, líder del PAN, quien estaba presente, sólo guardó silencio.

Y si no pasó nada a qué viene esa Reforma Electoral, que no hace otra cosa que reconocer todas las inequidades aplicadas en contra de un hombre, un candidato que propuso el voto por voto para dar legitimidad y salvar la contienda.

La Reforma propone, entre otras cosas:
Recuento voto por voto, cuando el resultado sea muy cerrado.
Prohibir las campañas sucias
Prohibir a externos (empresarios) hacer campañas

Situaciones que Andrés alegó ante los tribunales. Pero fue ridiculizado y aplastado por el poder y por la percha de rufianes que ostentan las instituciones.

Un recordatorio: Andrés Manuel VS:

Campaña sucia del PAN $$$
Campaña sucia del PRI $$$$
Campaña sucia de Fox $$$$
Campaña sucia de los empresarios $$$
La omisión del IFE
La omisión del Trife

Esquizofrénico fue ver a Calderón el domingo pasado en su informe-mensaje-soliloquio en Palacio Nacional, alabado como Franco por todos aquellos que metieron las manos en la campaña para que Andrés Manuel no llegara. Viviendo, gozando de la impunidad. Y ver a Calderón hablar de democracia y de apoyo a la Reforma Electoral para garantizar la “equidad entre los contendientes”.

Si Lopéz Obrador y los suyos no significan nada en el país. Porque no hubo una sola palabra para ellos. Porqué RTC y Presidencia censuraron a la perredista Ruth Zavala. Acaso ven fantasmas. O lo que es más fantasioso: creen que aún pueden manipular a la gente burda y estúpidamente.

Los conductores de Cepropie, quienes por cierto superaron con sus alagos a la “completa calma” de Diane Pérez, dijeron que ese Informe era una de las innovaciones del “presiente” Calderón.

O qué tal la demencia de Luís Carlos Ugalde, quien llora como chancho y exige hoy a los políticos actuar con altura de miras, ser estadistas, no atacar a las instituciones. “Ellos (los polítios) tienen los votos, nosotros tenemos la razón…”. ¿Razón? Cita a la razón para no ser corrido.¿Y la regla de Oro?

Yo creo que si 14 meses después de la elección estamos hablando de un fraude electoral y Felipe debe negociar, pedir permiso, para entrar al Congreso. Rodeado de policías y del Ejército. Es porque el peso de la realidad ha sido y seguirá siendo mucho más fuerte que el poder del dinero y la manipulación.


Yo me pregunto, cómo hubiera actuado Ciro Gómez Leyva si un contrato lo hubiera obligado a quedarse a trabajar en el actual Canal 40, bajo las órdenes de Ricardo Salinas Pliego y reducido a leer notitas de baches. ¿Hubiera ido en contra de esa ley para rescatar su dignidad?...Of course. Y nosotros lo hubiéramos apoyado. Claro que sí.

Pero Gómez Leyva hoy se ha vuelto en el perro más rabioso, el cancerbero de la ley.

En las elecciones se permitieron infinidad de abusos, injusticias, atropellos y excesos contra un hombre y un candidato, atacado por 6 frentes diferentes e infinidad de dinero. En las elecciones ganó el poder del dinero y el contubernio. Y aún así los comunicadores hablan de democracia. Y nadie, absolutamente nadie le pide a Calderón un ejercicio de autocrítica. Jacobo Zabludowsky y su cobertura informativa de la masacre estudiantil del 68 se les quedó corto.

Nadie les pide que se unan a la revolución. Sólo un poco de congruencia.

A nosotros nos llaman con menosprecio los “Lopezobradoristas”, sin abundar en el porqué seguimos firmes en esta postura política y social. Me pregunto qué piensan estos periodistas y comunicadores que defienden a ultranza al dizque “presidente” y pasan por alto su origen, sin una sola crítica a su actuación durante la campaña.

Sometidos totalmente a la alabanza. Cargados a la derecha. Se olvidan que la derecha sólo se sirve a si misma, que siempre termina por traicionar. ¿Pregúntele a Ugalde?


Pero ahora resulta que convicciones e ideales no significan nada para algunos líderes de opinión. Estos valores son para ellos un activo muerto en la democracia. Se arropan en un discurso de la legalidad, de respeto a la ley por sobre todo y ante cualquier circunstancia.

Se vuelven los más puristas de los puristas. Como si tuviéramos un sistema legal infalible. Como si no supieran lo que en México es la ley: un arma que se utiliza políticamente para acabar con el enemigo.



Tengo toda la seguridad que la fuerza de la realidad terminará por imponerse y colocar en su lugar a todos. Que la gente llegue a indignarse tanto como nosotros y llame a cada quien por su nombre: A Felipe, el ladrón. A Andrés: el necio, el luchador social.

Finalmente, aunque sólo sea en los anales de la historia, espero vivir para verlo. Cuando los mexicanos entendamos el enorme retroceso histórico que tuvimos a causa de quienes hoy se dan baños de “pureza”.

lunes, 23 de julio de 2007

Un agravio más...

Pero ya has de bajar...

¿Porqué si la APPO cedió y decidió no ir al Cerro del Fortín, este político no hizo lo mismo?

¿Porqué si la APPO y los maestros decidieron no acercarse y liberar la festividad, este gobernante no hizo lo mismo?.

¿No es su responsabilidad buscar la reconciliación?

¿Su ausencia no hubiera sido la mejor señal de prudencia? ¿Un acto tan significativo como la decisión de liberar esta festividad y devolverla a los oaxaqueños?

Cuando vi la foto me indigné. Y no porque se llevara a cabo la Guelaguetza. El acontecimiento es importante para los oaxaqueños y es algo que celebro. Mi indignación fue al ver al cínico gobernador, rodeado por sus incondicionales, festejando, sonriente, a la cabeza de la festividad.

Con ello, Ulises pateó la muestra de prudencia que dio APPO, pueblo, ciudadanos oaxaqueños que están dispuestos a morir con tal de saber que su lucha no se perdió, con tal de saber que las vidas de los suyos sirvieron de algo.

Pero con esa foto, todo esfuerzo se fue por la borda.

Esa imagen tiene todo el poder y significado político que Ulises buscó: que se vea que está firme en su gobierno, que se note quién manda. Para la APPO, la foto significa un nuevo agravio. Una nueva ofensa al pueblo que dice representar.

Según las crónicas, el auditorio se llenó.

Yo pensé en ir para este lunes 23 de julio, pero la posibilidad de que la representación se cancelara o que detonara en violencia, me hizo desistir. Así creo que muchos lo pensaron. ¿Quién iría bajo ese clima de tensión, de amenaza?
Pues bien, fueron los trabajadores al gobierno del estado. Los obligaron a ir “por las buenas”. Les dieron boletos y el día de descanso. El gobierno del estado pagó los autobuses para llevar a priístas del interior del estado. La fiesta de los oaxaqueños ¿realmente fue de los oaxaqueños? Eso, después de la foto, poco importa.

Mientras tanto, Emeterio Merino Cruz, quien se manifestaba el 16 de julio pasado en las filas de la APPO, continúa grave en el hospital de Especialidades de Oaxaca. Tiene traumatismo craneoncefálico. El director de averiguaciones de la Procuraduría del estado ya advirtió que si despierta y se recupera, será consignado al Cereso por daños en propiedad ajena. :(

viernes, 6 de julio de 2007

Este post va por ti André...

Miercoles 6 de julio de 2006; después de una noche en vela...

Varias personas me miran con asombro y desagrado porque a estas alturas y después de un año sigo sosteniendo alto y fuerte: Hoy más que nunca estoy contigo Andrés Manuel…
Y aunque no se atreven, yo veo la pregunta en sus ojos. Y veo su confusión: “Acaso no se da cuenta de todo lo que ha hecho”. Y yo les quieron decir que es precisamente por eso que estoy con él.
Y mientras muchos que votaron por él hoy se sienten traicionados, decepcionados, cansados o derrotados, para otros cientos de miles, en los que me cuanto yo, la actuación de Andrés ha sido de gran altura y enseñanza moral. De civismo y gran dignidad.
Pero como no quiero volver a las necedades, mejor les cuento un cuento. Dedicado a todos aquellos que no entienden o no pueden ver el fraude.

Hubo una vez un par de hermanos, bien bonitos y bien inteligentes los dos. Uno se llamaba Fulanito y el otro Pelelito. Su padre, de nombre InFEliz, quería que fueran los mejores, que destacaran en los estudios y para estimularlos los puso a competir. El que sacara las mejores calificaciones obtendría como premio una gran mesada para que se comprara todos los juguetes que quisiera, y además obtendría el poder de mandar y disponer en la casa durante seis semanas.
Fulanito tomó el reto muy en serio. Emocionado, de día y de noche se esforzó para sus exámenes, cambió las horas de juego, por horas de repaso y de lectura, planeando qué le gustaría cambiar en su casa durante los días en que, de llegar a ganar, comandaría. Pelelito en cambio se fue por la libre y en vez de estudiar decidió irse de pinta y juerga, se preparó pero para contar mentiras. Su estrategia para ganar fue atacar a Fulanito, le rompía y le rayaba su tarea, le quemó sus libros y le escondía las cosas para que fallara. A los maestros, Pelelito les inventó una historia de enfermedades, de apuraciones, accidentes y aflicciones en su casa. A otros, los sobornó con el dinero que pidió prestado a sus amigos, a quienes prometió pagar con creces cuando, estaba seguro, ganara el dinero del premio. Fue tal la ambición de Pelelito que terminó por pedir más de lo que el premio significaba.
El padre, InFEliz, supo que Pelelito no estaba cumpliendo, que lejos de estudiar se la pasaba hostigando y molestando a Fulanito. Fueron muchas las personas que le advirtieron al inconsciente padre que Pelelito tenía una conducta irregular, casi casi delincuencial. InFEliz vio como Pelelito atacó a Fulanito para hacerlo caer en las calificaciones. El padre siempre supo, supo siempre. Y para entonces Fulanito empezó a patear también, se había casando de las bajezas de su competidor, ante la mirada complaciente del padre.
Llegado el día, Fulanito con todo su esfuerzo sacó 9.80 de calificación final. Pelelito, con todas sus tropelías, sacó 9.85 de calificación final.
El InFEliz padre tuvo en sus manos la oportunidad de corregir, de resarcir daños y colocar a cada quien en su lugar. Tenía varias opciones para hacer valer su autoridad:
-Podía descalificar a Pelelito, por faltar a las reglas mínimas de la competencia.
-Podía invalidar las calificaciones y someterlos a otro examen.
-Podía sancionar a los maestros y amiguitos que se prestaron a las trampas de Pelelito, e invalidar esos exámenes.
-Podía no premiar a nadie.

Pero no fue así. Sorprendentemente entregó el premio a Pelelito, y con ello destrozó el corazón a Fulanito. Y además les mandó a ambos un mensaje muy fuerte:
Pelelito entendió que en la vida podía hacer de todo: atropellar, mentir, comprar, sobornar, robar, difamar, con tal de ganar y salirse con la suya. No entendía lo que significaba la palabra “moral”, ni sabía para que servía. La mentira premia, pensó. Y se sintió más poderoso.
Fulanito recibió otro mensaje: De nada servía el esfuerzo. La fórmula era ser como Pelelito, pasar por encima de todo y de todos, y ganar, “aiga sido como aiga sido”. Pero Fulanito dijo no. Él sabía que era diferente. Estaba seguro que su esfuerzo valía más, mucho más que la estafa y el dolo de aquel. Eran muy diferentes, supo.
Fulanito pidió al padre que las respuestas de los exámenes se revisaran, una por una, y de ese resultado se sacara al verdadero ganador. Y el padre dijo no. Y su argumento fue: Pelelito hizo mal, pero nunca dijimos que eso no se valía. No había reglas claras. Pelelito sonrió malignamente.
Fulanito dijo: “entonces me voy a quejar con la que manda en la casa”. Y se fue derechito con doña Trife. Ella era la más vieja del clan, la madre de InFEliz, y era la que impondría siempre orden, respeto y justicia. Y ella lo escuchó, con su enorme poder mandó a traer algunos de los exámenes, escuchó a las partes, comprobó la intervención y la complicidad de los maestros, supo que los amigos de Pelelito habían sobornado y pagado las calificaciones de presunto ganador.
Doña Trife le dio la razón a Fulanito. Descubrió las canalladas, que terceros habían comprado esas calificaciones, que el padre había sido omiso e incapaz de llevar a cabo una buena competencia entre dos iguales. Les llamó la atención a todos. Pero no hizo más, dejó las cosas como estaban. Pelelito se quedó con el premio y Fulanito supo que estaba solo y que no habría justicia para él. Entonces los mandó “al diablo”.
Se plantó a la entrada de la casa, como una manera de manifestar su enojo. Y quienes pasaban por ahí lo veían, unos pensaban: "tiene toda la razón en estar indignado y enfurecido"; otros se molestaban porque les tapaba el pasó de su banqueta, y otros más cínicos, como Pelelito, decían: “es que no saber perder”. Fulanito sólo quería que se recontaran las respuestas del examen, pero no hubo voz ni sensibilidad para escucharlo y reparar el daño que le hicieron. Reinó la impunidad y el fraude y la trampa.
Pero Fulanito dijo no. Y no sucumbió y no aceptó darle la razón al otro. No se acercó a él para sacarle algo de provecho. No hizo como que no había pasado nada, no le disculpó su dolo y su engaño. Tuvo la fortaleza para aferrarse a sus valores y convicciones. Supo que si alguien debía avergonzarse, no era él, sino los otros.
Y colorín colorado…

Así lo veo yo. Y es una decisión personal, independiente de lo que Andrés Manuel diga o haga.

Yo no puedo reconocer a un pelele, porque eso significaría validar las decisiones de ese par de brutos y encubridores árbitros. Sería aceptar un pensamiento y una forma de actuar deshonesta. Significaría dejar sólo a Andrés y decirle que su esfuerzo no valió la pena, que se equivocó. Sería como si yo también premiara a alguien que debió y debe ser castigado, y que en el colmo de la desvergüenza, hoy se atreve a decir: “Que quienes quieren sembrar el rencor no encuentre tierra fértil en México”.


Hace un año el IFE llevó a cabo su conteo distrital. Tres días después del 2 de julio el árbitro concluyó su encomienda con pobres e impunes resultados. Y Andrés se erguía de esa derrota con enorme orgullo y dignidad. Y advertía que no cambiaria sus convicciones, ni traicionaría a quienes creímos en él. Y hasta hoy así ha sido.

domingo, 24 de junio de 2007

Lo que "El chueco" me enseñó

Dicen que pese a los 6 años en Almoloya, a Mario le cambió el tono de voz pero no deja de hablar como político.



La caída del cacique que me intimidó. O Cómo la vida te la cobra. O Ayer miedo, hoy compasión.

Estos son los tres títulos que se me ocurrieron para hablar de este hombre, de quien vuelvo a tener tristes y lamentables noticias. Me impresiona verlo así: flaco y escurrido. Porque yo conocí la ciudad donde él mandaba, sentí su poder y el de su familia, probé el miedo de ser seguido por alguien -ese alguien eran dos guaruras armados-. Pude ver cómo se presiona y se intimida a los compañeros periodistas en esas tierras donde el cacique controla todo. Ese contacto me cuestionó mi vocación como periodista. Pero también me dio la oportunidad de probar como bocanada de aire la solidaridad del gremio y del género.

Ahí va la historia:

Fue en el 2001. Contacté una entrevista con Ernesto, el hermano de Mario Villanueva, para hablar del proceso que le seguían al exgobernador por delitos de narcotráfico. Por teléfono me dijo que me daría “pruebas” de la inocencia de su hermano y de quienes eran los que estaban metidos en el “negocio”. Yo era la reportera justiciera, me emocionó la idea de descubrir el hilo negro. Viajé a Chetumal y me entrevisté con Erensto, idéntico a Mario, igual de feo, aunque menos chueco.
Fuera de grabadora me contó sobre la infancia de pobreza de la familia, del esfuerzo para salir adelante. Y también me contó anécdotas “privadas”, del estilo político que ejercían ambos, -él fue delegado de un organismo de Agricultura. Con naturalidad me relató algo más o menos así: “Yo le dije, cabrón está bien que robes, pero roba donde hay, no a los campesinos”. De cómo y porqué se pelearon con el entonces gobernador Joaquín Héndricks, porque se quedó con las propiedades que Mario puso a su nombre. De cómo los traicionó. Y otras tantas anécdotas “privadas”.
Finalmente yo pongo mi grabadora para iniciar la entrevista sobre nuestro tema y él la apaga. Me dice que no me va a decir nada más. Le digo que acordamos una entrevista y que él me prometió “pruebas” de la inocencia de Mario. Prendo la grabadora. Me la apaga. Le digo que yo no viajé desde México a escuchar la historia de esfuerzo de su familia. Prendo la grabadora y le cuestionó. De un manotazo me arrebata la grabadora, me dice que no sé con quien me estoy metiendo, que no soy profesional y que él nunca prometió nada. Y me ordena, me advierte, que no le busque porque yo no soy de ahí. “Si yo quiero tú no te vas de aquí” (Glug, glug). Le afirmó que yo no me regresó con las manos vacías y me voy.
¿Uta cómo regreso a mi redacción con la pendejada de que no tengo entrevista?¿Uta cómo voy a justificar el viaje? En esas voy cuando veo que me siguen, es el mismo auto en el que llegó Ernesto, rebasan el taxi en el que voy, me voltean a ver dos tipos de su puta madre de feos. Se esperan. Los pasamos. Van detrás de nosotros todo el trayecto hasta el hotel. Me muero del che miedo en el elevador. Le llamo a mi jefe, me dice que no me exponga, me da la opción de regresar. Pero ¿Cómo chingaos me voy a regresar sin nada? Pienso yo.
Al otro día salgo. Voy a tomarle fotos a las propiedades de Mario y su secretaria. De la nada sale una camioneta y le da un cerrón al taxi en le que voy, me enseñan sus armas y me gritan chingaderas. Se largan. El taxista me recomienda que ya lo deje por la paz, que ni me meta, que muchos de su gremio han desaparecido y luego los encuentran ejecutados. Muerta de miedo me voy al hotel. Los tipos están estacionados afuera. Y hago lo único que me queda: le llamo a una reportera, a quien ni conozco, pero es el único teléfono que tengo de Chetumal. Le digo lo que me pasa. Se ofrece a pasar por mi.

Y ella sabe de la intimidación, del poder de los Villanueva, de lo que hacen para controlar a la prensa: O te dejas “querer” con lo que te regalan, o negocias con ellos una notita, suavecita, o publicas lo que ellos te dan. Y si te vas por la libre, te amenazan, te intimidan, te desaparecen. Y lo mismo sucede con los taxistas, con los que trabajan en oficinas públicas, en la Policía, con todo el aparato de Gobierno, con los dueños de los medios.
Me lleva a su casa y me entiende ¿Cómo chingaos me voy a regresar sin información? Así que me presenta a sus contactos. Doy con la mujer de uno de los matones de Mario. Me sorprende la manera tan serena y explícita como esta mujer me relata los crímenes de su novio, por órdenes de Mario presuntamente. Lo fácil que es para “su hombre” desaparecer gente. De los fajos de dólares, las armas y la cocaína con que llegaba a su casa, de cómo ambos tienen que cambiar de domicilio, de auto, de ropa. De cuando la golpeaba. Me dice “mana”. Me da fechas, horas, lugares y por dónde y con quién puedo buscar información. Pero al final me pide que todo quede entre nosotras, porque si se enteran que habló, a ella la mata Mario o “su amor”, quien está en la cárcel pero aún trabaja para "el chueco". Me pregunto ¿De qué están hechas estas mujeres?
Y a mí me da más miedo ¿Con quién chingaos me estoy metiendo? ¿Vale la pena enterarme del mundo de los criminales? ¿Qué voy a ganar?
Y el escenario se me complica más. Ya no hay tiempo para buscar y comprobar la información porque tengo que regresar, pero tampoco quiero enterarme de más. En la fuente policiaca hay un chiste para quienes se quieren lucir (que para entonces ya no me resultaba gracioso): “No te cuento porque tu vida puede estar en peligro”.
Ahora llevaba material, pero no lo podía usar porque, aunque la entrevista fue grabada, el cuello de esta mujer estaría en peligro. Porque tampoco quise comprometer a la reportera que me ayudó. Y porque tampoco quise seguir escarbando, aunque sabía por dónde.
Al llegar a México, finalmente no publiqué ninguna de las revelaciones. Yo debía volver a Chetumal a cruzar información y a obtener pruebas de esos dichos. Sabía cómo, pero no quise. Me juré que nunca más iba a poner en riesgo mi integridad por una nota espectacular. Entendí que las noticias que develan crímenes y o redes de corrupción de los “pesados”, son circunstanciales, no actos heroicos.

Pero bueno, al menos no me regresé sin nada.

PD. Una de las cosas interesantes que Ernesto me dijo fue porqué si en el aeropuerto de Cancún descansaban las avionetas repletas de droga procedente de Colombia, que presuntamente eran protegidas por Mario, porqué no se consignó al responsable de esa zona militar, ni a ningún militar, quienes eran los encargados de la seguridad del aeropuerto, zona federal.