Varias personas me miran con asombro y desagrado porque a estas alturas y después de un año sigo sosteniendo alto y fuerte: Hoy más que nunca estoy contigo Andrés Manuel…
Y aunque no se atreven, yo veo la pregunta en sus ojos. Y veo su confusión: “Acaso no se da cuenta de todo lo que ha hecho”. Y yo les quieron decir que es precisamente por eso que estoy con él.
Y mientras muchos que votaron por él hoy se sienten traicionados, decepcionados, cansados o derrotados, para otros cientos de miles, en los que me cuanto yo, la actuación de Andrés ha sido de gran altura y enseñanza moral. De civismo y gran dignidad.
Pero como no quiero volver a las necedades, mejor les cuento un cuento. Dedicado a todos aquellos que no entienden o no pueden ver el fraude.
Hubo una vez un par de hermanos, bien bonitos y bien inteligentes los dos. Uno se llamaba Fulanito y el otro Pelelito. Su padre, de nombre InFEliz, quería que fueran los mejores, que destacaran en los estudios y para estimularlos los puso a competir. El que sacara las mejores calificaciones obtendría como premio una gran mesada para que se comprara todos los juguetes que quisiera, y además obtendría el poder de mandar y disponer en la casa durante seis semanas.
Fulanito tomó el reto muy en serio. Emocionado, de día y de noche se esforzó para sus exámenes, cambió las horas de juego, por horas de repaso y de lectura, planeando qué le gustaría cambiar en su casa durante los días en que, de llegar a ganar, comandaría. Pelelito en cambio se fue por la libre y en vez de estudiar decidió irse de pinta y juerga, se preparó pero para contar mentiras. Su estrategia para ganar fue atacar a Fulanito, le rompía y le rayaba su tarea, le quemó sus libros y le escondía las cosas para que fallara. A los maestros, Pelelito les inventó una historia de enfermedades, de apuraciones, accidentes y aflicciones en su casa. A otros, los sobornó con el dinero que pidió prestado a sus amigos, a quienes prometió pagar con creces cuando, estaba seguro, ganara el dinero del premio. Fue tal la ambición de Pelelito que terminó por pedir más de lo que el premio significaba.
El padre, InFEliz, supo que Pelelito no estaba cumpliendo, que lejos de estudiar se la pasaba hostigando y molestando a Fulanito. Fueron muchas las personas que le advirtieron al inconsciente padre que Pelelito tenía una conducta irregular, casi casi delincuencial. InFEliz vio como Pelelito atacó a Fulanito para hacerlo caer en las calificaciones. El padre siempre supo, supo siempre. Y para entonces Fulanito empezó a patear también, se había casando de las bajezas de su competidor, ante la mirada complaciente del padre.
Llegado el día, Fulanito con todo su esfuerzo sacó 9.80 de calificación final. Pelelito, con todas sus tropelías, sacó 9.85 de calificación final.
El InFEliz padre tuvo en sus manos la oportunidad de corregir, de resarcir daños y colocar a cada quien en su lugar. Tenía varias opciones para hacer valer su autoridad:
-Podía descalificar a Pelelito, por faltar a las reglas mínimas de la competencia.
-Podía invalidar las calificaciones y someterlos a otro examen.
-Podía sancionar a los maestros y amiguitos que se prestaron a las trampas de Pelelito, e invalidar esos exámenes.
-Podía no premiar a nadie.
Pero no fue así. Sorprendentemente entregó el premio a Pelelito, y con ello destrozó el corazón a Fulanito. Y además les mandó a ambos un mensaje muy fuerte:
Pelelito entendió que en la vida podía hacer de todo: atropellar, mentir, comprar, sobornar, robar, difamar, con tal de ganar y salirse con la suya. No entendía lo que significaba la palabra “moral”, ni sabía para que servía. La mentira premia, pensó. Y se sintió más poderoso.
Fulanito recibió otro mensaje: De nada servía el esfuerzo. La fórmula era ser como Pelelito, pasar por encima de todo y de todos, y ganar, “aiga sido como aiga sido”. Pero Fulanito dijo no. Él sabía que era diferente. Estaba seguro que su esfuerzo valía más, mucho más que la estafa y el dolo de aquel. Eran muy diferentes, supo.
Fulanito pidió al padre que las respuestas de los exámenes se revisaran, una por una, y de ese resultado se sacara al verdadero ganador. Y el padre dijo no. Y su argumento fue: Pelelito hizo mal, pero nunca dijimos que eso no se valía. No había reglas claras. Pelelito sonrió malignamente.
Fulanito dijo: “entonces me voy a quejar con la que manda en la casa”. Y se fue derechito con doña Trife. Ella era la más vieja del clan, la madre de InFEliz, y era la que impondría siempre orden, respeto y justicia. Y ella lo escuchó, con su enorme poder mandó a traer algunos de los exámenes, escuchó a las partes, comprobó la intervención y la complicidad de los maestros, supo que los amigos de Pelelito habían sobornado y pagado las calificaciones de presunto ganador.
Doña Trife le dio la razón a Fulanito. Descubrió las canalladas, que terceros habían comprado esas calificaciones, que el padre había sido omiso e incapaz de llevar a cabo una buena competencia entre dos iguales. Les llamó la atención a todos. Pero no hizo más, dejó las cosas como estaban. Pelelito se quedó con el premio y Fulanito supo que estaba solo y que no habría justicia para él. Entonces los mandó “al diablo”.
Se plantó a la entrada de la casa, como una manera de manifestar su enojo. Y quienes pasaban por ahí lo veían, unos pensaban: "tiene toda la razón en estar indignado y enfurecido"; otros se molestaban porque les tapaba el pasó de su banqueta, y otros más cínicos, como Pelelito, decían: “es que no saber perder”. Fulanito sólo quería que se recontaran las respuestas del examen, pero no hubo voz ni sensibilidad para escucharlo y reparar el daño que le hicieron. Reinó la impunidad y el fraude y la trampa.
Pero Fulanito dijo no. Y no sucumbió y no aceptó darle la razón al otro. No se acercó a él para sacarle algo de provecho. No hizo como que no había pasado nada, no le disculpó su dolo y su engaño. Tuvo la fortaleza para aferrarse a sus valores y convicciones. Supo que si alguien debía avergonzarse, no era él, sino los otros.
Y aunque no se atreven, yo veo la pregunta en sus ojos. Y veo su confusión: “Acaso no se da cuenta de todo lo que ha hecho”. Y yo les quieron decir que es precisamente por eso que estoy con él.
Y mientras muchos que votaron por él hoy se sienten traicionados, decepcionados, cansados o derrotados, para otros cientos de miles, en los que me cuanto yo, la actuación de Andrés ha sido de gran altura y enseñanza moral. De civismo y gran dignidad.
Pero como no quiero volver a las necedades, mejor les cuento un cuento. Dedicado a todos aquellos que no entienden o no pueden ver el fraude.
Hubo una vez un par de hermanos, bien bonitos y bien inteligentes los dos. Uno se llamaba Fulanito y el otro Pelelito. Su padre, de nombre InFEliz, quería que fueran los mejores, que destacaran en los estudios y para estimularlos los puso a competir. El que sacara las mejores calificaciones obtendría como premio una gran mesada para que se comprara todos los juguetes que quisiera, y además obtendría el poder de mandar y disponer en la casa durante seis semanas.
Fulanito tomó el reto muy en serio. Emocionado, de día y de noche se esforzó para sus exámenes, cambió las horas de juego, por horas de repaso y de lectura, planeando qué le gustaría cambiar en su casa durante los días en que, de llegar a ganar, comandaría. Pelelito en cambio se fue por la libre y en vez de estudiar decidió irse de pinta y juerga, se preparó pero para contar mentiras. Su estrategia para ganar fue atacar a Fulanito, le rompía y le rayaba su tarea, le quemó sus libros y le escondía las cosas para que fallara. A los maestros, Pelelito les inventó una historia de enfermedades, de apuraciones, accidentes y aflicciones en su casa. A otros, los sobornó con el dinero que pidió prestado a sus amigos, a quienes prometió pagar con creces cuando, estaba seguro, ganara el dinero del premio. Fue tal la ambición de Pelelito que terminó por pedir más de lo que el premio significaba.
El padre, InFEliz, supo que Pelelito no estaba cumpliendo, que lejos de estudiar se la pasaba hostigando y molestando a Fulanito. Fueron muchas las personas que le advirtieron al inconsciente padre que Pelelito tenía una conducta irregular, casi casi delincuencial. InFEliz vio como Pelelito atacó a Fulanito para hacerlo caer en las calificaciones. El padre siempre supo, supo siempre. Y para entonces Fulanito empezó a patear también, se había casando de las bajezas de su competidor, ante la mirada complaciente del padre.
Llegado el día, Fulanito con todo su esfuerzo sacó 9.80 de calificación final. Pelelito, con todas sus tropelías, sacó 9.85 de calificación final.
El InFEliz padre tuvo en sus manos la oportunidad de corregir, de resarcir daños y colocar a cada quien en su lugar. Tenía varias opciones para hacer valer su autoridad:
-Podía descalificar a Pelelito, por faltar a las reglas mínimas de la competencia.
-Podía invalidar las calificaciones y someterlos a otro examen.
-Podía sancionar a los maestros y amiguitos que se prestaron a las trampas de Pelelito, e invalidar esos exámenes.
-Podía no premiar a nadie.
Pero no fue así. Sorprendentemente entregó el premio a Pelelito, y con ello destrozó el corazón a Fulanito. Y además les mandó a ambos un mensaje muy fuerte:
Pelelito entendió que en la vida podía hacer de todo: atropellar, mentir, comprar, sobornar, robar, difamar, con tal de ganar y salirse con la suya. No entendía lo que significaba la palabra “moral”, ni sabía para que servía. La mentira premia, pensó. Y se sintió más poderoso.
Fulanito recibió otro mensaje: De nada servía el esfuerzo. La fórmula era ser como Pelelito, pasar por encima de todo y de todos, y ganar, “aiga sido como aiga sido”. Pero Fulanito dijo no. Él sabía que era diferente. Estaba seguro que su esfuerzo valía más, mucho más que la estafa y el dolo de aquel. Eran muy diferentes, supo.
Fulanito pidió al padre que las respuestas de los exámenes se revisaran, una por una, y de ese resultado se sacara al verdadero ganador. Y el padre dijo no. Y su argumento fue: Pelelito hizo mal, pero nunca dijimos que eso no se valía. No había reglas claras. Pelelito sonrió malignamente.
Fulanito dijo: “entonces me voy a quejar con la que manda en la casa”. Y se fue derechito con doña Trife. Ella era la más vieja del clan, la madre de InFEliz, y era la que impondría siempre orden, respeto y justicia. Y ella lo escuchó, con su enorme poder mandó a traer algunos de los exámenes, escuchó a las partes, comprobó la intervención y la complicidad de los maestros, supo que los amigos de Pelelito habían sobornado y pagado las calificaciones de presunto ganador.
Doña Trife le dio la razón a Fulanito. Descubrió las canalladas, que terceros habían comprado esas calificaciones, que el padre había sido omiso e incapaz de llevar a cabo una buena competencia entre dos iguales. Les llamó la atención a todos. Pero no hizo más, dejó las cosas como estaban. Pelelito se quedó con el premio y Fulanito supo que estaba solo y que no habría justicia para él. Entonces los mandó “al diablo”.
Se plantó a la entrada de la casa, como una manera de manifestar su enojo. Y quienes pasaban por ahí lo veían, unos pensaban: "tiene toda la razón en estar indignado y enfurecido"; otros se molestaban porque les tapaba el pasó de su banqueta, y otros más cínicos, como Pelelito, decían: “es que no saber perder”. Fulanito sólo quería que se recontaran las respuestas del examen, pero no hubo voz ni sensibilidad para escucharlo y reparar el daño que le hicieron. Reinó la impunidad y el fraude y la trampa.
Pero Fulanito dijo no. Y no sucumbió y no aceptó darle la razón al otro. No se acercó a él para sacarle algo de provecho. No hizo como que no había pasado nada, no le disculpó su dolo y su engaño. Tuvo la fortaleza para aferrarse a sus valores y convicciones. Supo que si alguien debía avergonzarse, no era él, sino los otros.
Y colorín colorado…
Así lo veo yo. Y es una decisión personal, independiente de lo que Andrés Manuel diga o haga.
Yo no puedo reconocer a un pelele, porque eso significaría validar las decisiones de ese par de brutos y encubridores árbitros. Sería aceptar un pensamiento y una forma de actuar deshonesta. Significaría dejar sólo a Andrés y decirle que su esfuerzo no valió la pena, que se equivocó. Sería como si yo también premiara a alguien que debió y debe ser castigado, y que en el colmo de la desvergüenza, hoy se atreve a decir: “Que quienes quieren sembrar el rencor no encuentre tierra fértil en México”.
Yo no puedo reconocer a un pelele, porque eso significaría validar las decisiones de ese par de brutos y encubridores árbitros. Sería aceptar un pensamiento y una forma de actuar deshonesta. Significaría dejar sólo a Andrés y decirle que su esfuerzo no valió la pena, que se equivocó. Sería como si yo también premiara a alguien que debió y debe ser castigado, y que en el colmo de la desvergüenza, hoy se atreve a decir: “Que quienes quieren sembrar el rencor no encuentre tierra fértil en México”.
Hace un año el IFE llevó a cabo su conteo distrital. Tres días después del 2 de julio el árbitro concluyó su encomienda con pobres e impunes resultados. Y Andrés se erguía de esa derrota con enorme orgullo y dignidad. Y advertía que no cambiaria sus convicciones, ni traicionaría a quienes creímos en él. Y hasta hoy así ha sido.
11 comentarios:
hola connie...
el cuento excelente, bastante gráfico y facil de entender.
mira, comenzaré diciendo que no comparto tu ideología politica ni muchas de las opiniones que expones en éste post. el asunto del fraude, de las decisiones del IFE, TRIFE, los candidatos, los partidos y más podrían llevarse libros enteros y al final nadie quedaría contento.
aunque en honor a la verdad, debo reconocer que efectivamente hubo irregularidades y que nuestro aparato electoral está lleno de incongruencias y contradicciones. con todo y eso, yo no me atrevería a asegurar que hubo un fraude. mmmm no sé, no quiero entrar en polemica.
eso sí, siempre reconoceré a las personas que son capaces de seguir sus ideales contra viento y marea. gente como tú, como el mismo AMLO y sus seguidores han demostrado una resistencia digna que como tal merece respeto.
no sé que vaya a pasar con todo esto del 'presidente legitimo', de lo que estoy seguro es que no quiero otro proceso electoral similar al del 2006... quiero un vaso de agua cristalina, no una taza de atole.
mis respetos para ti.
Pues nada, que la verdad, y tú lo sabes, no comparto tu visión respecto a López Obrador.
Me parece que el señor está dañado y lo ha demostrado con sus acciones e incongruencias y es una discución que no tendrá fin.
Lo que rescato de tu post es la lealtad que reflejas y eso es importante porque independientemente de nuestras ideologías los valores te hacen ser una gran persona y la lealtad es uno de ellos....
Ciertamente, como dijera el barbudo: a mí también me dio pena no haber ido a la reunión y conocerlas, snif!!!
Ahora el posto: excelente forma de poner con palitos y bolitas a quienes no entienden como fue el asunto.
Creo qeu todos los que nos sentimos deFRAUDados con los resultados de las elecciones presidenciales estamos en mayor o menor medida con las acciones del Andrés, eso de perdonar y olvidar no se puede hacer en muchas ocasiones.
Aquellos que dicen que mejor nos pongamos a chambear y no a criticar deberían callarse porque de hecho trabajamos el doble: por lo queremos y por lo que deseamos, un país más justo y por eso hacemos dobleteada.
Soy de las que creen que el fraude estuvo en la campaña y me da coraje ver a la gente que hoy se arrepiente. Dan ganas de sopetearla y decirle: ves???ves??? VES COMO NO HAY QUE HACERLE CASO A TELEVISA O TV AZTECA???
chales...
un saludote...
HOLA Conchis... Excelente narración de la fuerza de una mujer por sus convicciones... Podré discrepar, pero jamas dejaré de reconocer el valor con el que defiendes a AMLO. Podrán ser miles, millones, los que difieran, pero lo que si no podrá negar NADIE es la lealtad de una mujer, el coraje para defender una causa y el valor para seguir en pie de lucha... Son muchas las cosas que valoro y aprecio de ti y cada dia son más... Estare al pendiente desde el exilio de tus siguientes blogs, pues cada dia son una exquisitez... Sobra la despedida, pues ya la conoces...
Saludos Conny!
Escribe de nueva cuenta Worldcreative, quién más, si no ese chamaco loco que siempre te da lata.
Y pues bueno, para qué decir que estoy de acuerdo o no con todo lo que expones, y para que te voy a decir también que si de esto pueden escribirse libros enteros o que peor aún, que AMLO está mal de la azotea, la neta es que otros son los que están verdaderamente MAL, para qué digo nombres, todos sabemos quienes son. Eso sí agradezco de lo “bien” que hablan de todos aquellos seguidores de AMLO, que no sólo lo siguen –ahora- por lo de la elecciones, sino también porque como he visto, lo siguen por distintas cosas, porque aunque de los muchos que no votaron por este señor están con él en muchos lados, lo digo por que lo he visto, gente de todas clases sociales y demás cuestiones, cada vez que lo veo, y no me refiero a él, hay más gente, todos comentando algo de esto y aquello, lo digo, la gente no es imbécil, sabe lo que pasa y por eso lo sigue, todos sabemos que hubo un FRAUDE y no que sólo existen “irregularidades”, es más tan es así que hasta la bolita de la suerte lo dice, apenas ayer le pregunté en tono de juego,
-“¿Oye bolita, hubo fraude el 2 de julio y el chaparro ese ganó suciamente?”
- Por supuesto, decía mi bolita.
Por eso digo, mejor sólo dejo hasta aquí mi comentario, y termino con esto, para todos aquellos que dicen que los que estamos con AMLO hasta el final somos unos flojos, rencorosos o tontos.
LA INTELIGENCIA ESTÁ EN LA RESISTENCIA
No hay más
Wolrd.
Un abrazo, nos leemos, y para la otra disparas la gelatinas.
Mi queridisa Concharra!!!
Pos que te puedo decir, me encanta como eres y la forma tan divertida de narrar algo que esta vigente y lo estara por bastante tiempo. Hace años conoci al sr. ex-Peje de gobierno cuando vivi en la convulsionada VHSA. y ahi aprendi algo que los mismos tabasqueños sostenian: es un hombrecillo honrrado y buena persona. Yo mismo vi de él un liderazgo que no creo volver a presenciar, ni siquiera en el mismo, algo bastante complicado.
Pos vas bien vas bien!!! jejeje ahora veo que tener un blog es mas que solo escribir bien, te felicito y seguire disfrutando tu blog!!!
Chido, tengo una foto tuya bailando con un vaso con agua en la cabeza, espero que cuando seas famosa me sigas recordando he?
Un abrazo fuerte!!!
Me encanta que hables alto y claro sobre un tema tan espinoso como es 'el comportamiento de Andrés Manuel', qué bueno que tienes el valor de defender lo que piensas en un mundillo donde muchos pretenden hacer sentir mal a los obradoristas; y tienes que aplaudir mi valor, pues en una fiesta el viernes pasado, en el 'corredor azul', o sea lleno de panistas recalcitrantes, defendí a AMLO y les eché en cara las pendejadas del espurio siendo yo la única perredista entre 50 azules jajaja.
Aplausos!!
Mientras mas angosto se pone el camino, mas valor tienen los que se atreven a seguir caminando. Y ya sabe usted carnala que en este caminito seguimos siendo muchos, a paso firme, con la fuerza que da la razon.
Yo se que lo importante no es el hombre; son las ideas, la conviccion de defender lo justo, de no dejar que el ladron se salga con la suya, de demostrarle a la gente que vale la pena defender las convicciones cuando se tiene razon. Se que es el movimiento, la corriente, la herencia ideologica a las nuevas generaciones; pero tu y yo sabemos que tambien es ese hombre asomado al balcon, el que no se dejo maicear, el que hubiera podido ser subsecretario y sigue siendo el "Peje", vapuleado por muchos, aplaudido por los que creemos en la dignidad. Por eso me sumo a usted y a voz en cuello grito: Es un honor estar con Obrador!!
¡Bravo! Me gustan las mujeres valientes y comprometidas.
Cuando tengas tiempo, date una vuelta por Politic-ando, que es donde me conoció Chila...
Igual y encontramos más cosas en común.
Besos.
Gabriel: También mis respetos… y tienes razón, debemos exigir unas elecciones claras y cristalinas, no como las que tuvimos en 2006, y ojalá que para eso sirvan estos espacios…
Vick: El dañado es el que trasgredió el derecho del otro y no tiene un sentido de remordimiento o contradicción por sus actos, en psicología les llaman psicópatas y en gran medida se forman porque sus malos actos quedan impunes…como fue acá…
Tazy: Ya tendremos ocasión para conocernos e irnos a bailar…Y pues eso digo, no podemos olvidar ni perdonar porque eso nos colocaría del lado de los cínicos… gracias por tu coment
Scorpions: Alguna vez te dije que me sentía muy bien de formar parte de "algo", con AMLO encontré, efectivamente, un sentido de pertenencia de país, de sociedad, de valores y retos…
Worldcreative: Que chida bolita inteligente…y ya lo dijo Tazy, los que estamos en la resistencia trabajamos el doble y pensamos en nosotros y en los demás… Ese mi worldcreative, siga echándole ganas, yo confió mucho en usted…
Pollovampi: Mejor dime en dónde no has vivido…y pues sí, me tienes en tus manos con esa foto...saludos…
Elie: Eres nuestro mejor exponente en ese corredor… por so no me preocupo ni tantito por mandarte refuerzos, porque sé que con tu inteligencia los vas a pulverizar… Que se vea quién es quién amiga…
Chila: También es un honor estar contigo y coincidir en los valores. No es el hombre, es coincidir en lo que él quiere y nosotras también… Saludos mi comandanta…
Blas: Valiente? Por ya viste que no tanto. Comprometida? Sí, con la causa de los valores sociales para recuperar este país y conformar un mejor mañana … Saludos....
Mi super concharrita me gustó este post y sigo en las andadas pues mi corazón y mente siguen y se mantendrán en la resistencia. Este cuentito me recordó a la caricatura que sale en "Masacre en Colombine" y aunque no se refieren al mismo tema. Son sencillas y totalmente gráficas, de esas que te quedan en la mente. Perdón por la tardanza pero aquí estoy. Hoy te admiro más mi querida concharrita.
Un abrazo y muchos urras
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