jueves, 27 de noviembre de 2008

Fernando Martí

FOTO: JORNADA

No sé por qué, pero no le creo nada...No, mejor dicho sí, sí sé por qué.

Quiero ver que en 100 días no se le haya olvidado su demanda: "Si no pueden renuncien".

Lo quiero ver este viernes pidiéndole la renuncia a Eduardo Medina Mora, a Genaro García Luna, a Felipe Calderón, a Marcelo Ebrard, al procurador Miguel Ángel Mancera. A los diputados, a los senadores, a los jueces, a los policías.

Y tampoco le creo porque se cree que puede gozar de privilegios y no pagar impuestos:

http://resisteacapulco.blogspot.com/2008/11/revs-mart-la-corte-le-niega-devolucin.html

martes, 18 de noviembre de 2008

Muertos de primera y de segunda

Entre tanto crimen y desilusión, entre las miles de historias que llegan y leo todos los días, uno se va volviendo duro, insensible, frívolo. En aras de la objetividad dejas de conectarte con los seres humanos que protagonizan esas historias. Porque cuando lo haces, sufres, como no.
Y esta semana hubo dos historias que se colaron, que me llegaron hasta el fondo y me arrancaron las de San Pedro, cosa que agradezco porque me hicieron sentir que estoy viva y que a esto de las noticias nunca te acostumbras, nunca dejas de sorprenderte, de aprender y siempre hay cosas que te superan. Y no es que no lo supiera, sino que lo sentí y esa es la diferencia.

Primero me llegó la imagen de los pilotos en el Learjet donde murió Muriño, Vasconcelos y sus acompañantes. Y me conecté con los tripulantes viendo las calles en las que se iban a estrellar. Cosa que no se debe hacer por inservible e inútil.


Iba manejando cuando escuché la transcripción de lo que fue su última conversación y me sentí triste, lo vi venir. Iba a caer sobre los pilotos la responsabilidad, el escarnio, la culpa. Me parecía muy injusto para las esposas y los hijos. Creo que un atentado les hubiera dado una muerte más digna a ellos, y un héroe nacional a los panistas.


Dos: Cómo me dolieron y me duelen aún los buzos que murieron en el sistema Cutzamala.

Uta que pinche historia, porque primero entraron dos expertos, ingenieros. Después mandaron a otros dos a rescatarlos. Los cuatro murieron. Y para ellos no hubo honores ni nada, ni un pronunciamiento, nisiquiera del Ebrard.

Y qué ¿No estaban trabajando? ¿No murieron en cumplimiento de su deber? ¿Qué cada trabajador que muere en accidentes de trabajo no es una vida y vale por una vida? Porque eso fue lo que le pasó al Mouriño y sus acompañantes: un accidente de trabajo. Sólo que para el secretario se publicaron 530 esquelas en 7 diarios nacionales, de a 230 mil y hasta 21 mil pesos la más bara. ¿Quién decide que vida vale más?

Bueno al menos a los buzos los dejarán descansar en paz. En cambio a los pilotos… y todo por traer a bordo a un secretario de Estado. El peor de los escenarios, pobres familias...





Yo había escuchado jaladas sobre la muerte de Mouriño pero como ésta, ninguna. La escuché en la estética.

Dicen que Mouriño y el procurador ese no murieron, fingieron su muerte para pasar a tener otra identidad, que les hicieron cirugía y se fueron a otro país. Que sí hubo un accidente, pero ellos no iban en la avioneta.
-¿Y porqué hicieron eso?
Ah porque estaban bien metidos con eso del narcotráfico y ya los andaban siguiendo, entonces para salvarlos hicieron todo eso, con la condición de olvidarse de todo, de su familia, de sus caras, les hicieron cirugías.

Y yo digo: no hay que ser.
:-(


Fotos: Primera y segunda Notimex. Tercera: Reforma