Estas fotos son del trabajo de un gafittero inglés muy muy famoso que está causando furor en Europa. Sus obras son realmente provocadoras y muy estéticas, pero además él tiene una historia de misterio que lo ha convertido en todo un personaje. Porque hasta hoy se supone que nadie lo ha visto.

Su sobrenombre es Banksy y además de talentoso es un canijo… ha burlado a la autoridad de varios museos del Reino Unido y Nueva York para meter sus cuadros y colocarlos junto a obras muy famosas. Por ejemplo, aquí logró meter al Museo Británico en una exposición de arte romano la imagen en una roca de un cavernícola empujando un carrito de supermercado. Además premió al primero que se fotografió junto a su obra. Ja.
Y luego logró meter a un muñeco, prisionero de Guantánamo, al parque de Disney en California, y lo que es más, hasta grabó su osadía. Suena muy muy inverosímil, pero hasta los diarios del Reino Unido y España hablan de él. Juzgue usted, aca están las pruebas.
Yo di con él buscando fotos de policías en Londres y de entrada me gustaron los grafittis, luego su historia, luego me encantó su página y finalmente me convertir en su fan.

Banksy, en Los Angeles
Esta es una de las obras más recientes de Banksy, es en respuesta a la enorme cantidad de cámaras que la autoridad ha introducido en el Reino Unido.
Y esta es la foto famosa en que se supone que captaron la imagen de Banksy pintando su grafitti Flor Amarilla. Según un periódico inglés, Banksy es Robin Gunningham, de 34 años.

Aca se supone que un expectador observa el cuadro que Banksy introdujo a un
museo de Nueva York.
Es todo un beneficiario de la Internet y la mercadotecnia. Un artista callejero que se embolsa miles y miles de euros con sus obras críticas a la política y a la autoridad. Muchas de sus obras se subastan constantemente en Sotheby´s en miles de euros. En enero
una de sus obras se subastó por Internet en 275 mil euros, un grafitti pintado en una calle de Londres.
Banksy se ha ampliado a otras técnicas y materiales, pero en escensia es el mismo:


Dicen los que saben que el éxito de Banksy se debe, obvio a su talento mordaz, pero también a que coloca sus obras en el lugar exacto, ayudándose y complementando el paisaje de la ciudad. Que provoca, no sólo la mirada de sus habitantes, sino el efecto esperado.